Por: Karen Caro
Como un “cholo terco”, así se impuso Alejandro Toledo en nuestra política, con perfil bajo emitía una que otra opinión económica o política opositora del régimen, evidentemente, pero siempre presente en medio apareciendo súbitamente. Hasta que decidió lanzarse como candidato presidencial en 1995, su acogida fue tal que se desenvolvió como un furor político entre sus simpatizantes. A pesar de ello fue derrotado hasta en segunda vuelta por Alberto Fujimori, pero, el error del corrupto gobierno cambiaria todo el provenir de este cholo que se había convertido en el mayor opositor del gobierno fujimorista. Sin bajar la guardia siguió marcando su presencia hasta que finalmente en el 2001 llegó al banquillo presidencial solo por unos mínimos 3.08 % de diferencia con el aspirante a otrora candidato Alan García.
Pues bien, aquí empezó la historia. En medio de muchos detractores, Toledo desarrolló su gobierno de una manera sumamente atropellada sobre todo por los exabruptos cometidos por sus propios políticos, familiares y más problemas personales que se veían ventilados escandalosamente en los medios masivos, su nivel de popularidad descendía en cada encuesta realizada, pero el político siguió su curso sin perder la calma.
Así es que se propuso seguir la senda que ya había emprendido quien fuese el Presidente de Transición Valentín Paniagua, muy aplaudido en su gestión y dotado de empatía nacional, Alejandro Toledo avanzó en medio de un régimen que era capaz de respetar la democracia de “todos”, así estos no fuesen exactamente halagadores suyos. ¡Ojo! que aun no se olvidan los casos descubiertos del despilfarro de dinero en viajecitos innecesarios de sus comitivas y personales, con el objetivo placentero, pero, con el dinero de todos, pero en fin es algo de lo cual me agria hablar .
Toledo logro avivar el desarrollo económico nacional llegando a varios tratados internacionales con Brasil, Colombia, Bolivia, Tailandia y Estados Unidos y etcétera, promoviendo de manera efectiva la inversión de estos países y mejorando el manejo de las negociaciones de importación y exportación. A pesar de elevar políticamente el nombre del Perú en el exterior, y mientras la fiesta seguía, contradictoriamente las relaciones con otros países se quebrantaban, por diversos temas que no valen la pena para mencionarlos.
Creo que al final de todas las polaridades en las situaciones que protagonizó este peculiar presidente, finalmente nos vimos envueltos en un Perú que estaba encaminado para abrirse nuevos pasos al desarrollo; pues los indicadores económicos nos lo decían.
Pero como nunca estamos completamente en conformidad con nada –porque nada lo merece-, estoy plenamente segura, de que dicho presidente, no alcanzaría a ser reelegido, porque para empezar sus empatías con el país se vieron violentadas por diversos hechos desaprobatorios que lo involucran.
También tiene a Keiko Fujimori como la contrincante más fuerte, que lidera las encuestas, y debido a hechos coyunturales ha logrado escalar claramente en las encuestas, en segundo lugar también tendría que lidiar con la casi “integra e impecable imagen” que ha demostrado Luis Castañeda, que va a la par con el seudo revolucionario Ollanta Humala, que por desgracia cuenta con el mismo porcentaje de respaldo urbano –esta sí que es una verdadera tragedia-.
El hecho que hoy nos encontremos en situación diferente, ya concierne a la responsabilidad de otros. Mientras tanto, esperemos a ver qué sucesos ocurren hasta el 2011, pues somos muy amantes de los personajes súbitos, quién sabe si se nos presentara una nueva opción presidencial.
