jueves, 25 de junio de 2009
¿Conceder o no conceder?
No hace ni un mes que acabamos de pasar un trago amargo, viendo como nuestros propios hermanos se descarnan matándose unos con otros, debido a irregularidades y desacuerdos irresponsables de nuestras autoridades con el resto de poderes privados. Es acaso el caos ¿la mejor manera para llegar a acuerdos entre el poderoso y el pobre?
Al parecer se ha hecho una costumbre de los campesinos, nativos y mineros por bloquear las carreteras como la medida de protesta ante sus reclamos sin que importen las millonarias pérdidas comerciales que estos generen. Creo que sus peticiones son justas y necesarias, pero estas acciones trasgreden los derechos del resto de peruanos que se ven perjudicados una vez más, lo que obviamente no comparto es su forma de protesta y el gobierno ya debería tomar sanciones drásticas para las personas que lideren estos actos casi delincuenciales.
Y así como nos molestan tanto las desesperadas medidas que toman estos humildes compatriotas, también deberíamos preocuparnos en reclamar por el cumplimiento de nuestras leyes, ¿por qué siempre somos tan condescendientes con el extranjero, con el chino, con el gringo, con fulano o mengano?, como si el hecho de ser un país subdesarrollado diera carta libre a cuanto foráneo venga a burlarse de nosotros.
Ahora una vez más seremos pasivos testigos de cómo los pueblos de nuestra sierra central (La Oroya y Huancavelica), corren el riesgo de quedar en la miseria y desempleo, luego de que “raramente” los capitales extranjeros de Doe Rum Perú (DRP) – uno de los Complejos minero-metalúrgicos más grandes del mundo- pretenden solapadamente irse del país viéndonos la cara y con los bolsillos llenos de dinero, producto de nuestras riquezas naturales explotadas, no por ello tienen ingresos anuales de más de 1400 millones de dólares anuales provenientes de mercado americano obviamente.
¿A quienes quieren engañar estos señores de DRP, que vienen meciendo al gobierno pidiéndoles prorroga para llevar a cabo la culminación del Programa de Adecuación de Manejo Ambiental (PAMA), argumentando que no tienen solvencia? Este programa ha tenido un plazo de once años para ser culminada, pero al parecer el dinero fue una vez más el peor enemigo de la razón –para llevarlo con buenas acciones- porque el propietario Ira Rennert ya ha ido tomando sus propias medidas de seguridad para cuando el Gobierno decida intervenir en la empresa.
Viendo de cerca la posibilidad, Rennert ya adquirió un seguro internacional que le generara jugosas ganancias cuando finalmente se de la intervención estatal. Así que ya podemos percibir de qué pie cojea este seudo empresario. .
Esperemos que el Gobierno no pise el palito y evalúe la mejor opción entre ampliar el plazo o concederles la administración a los trabajadores, para evitar se lleve a la borda a una empresa que ha creado el desarrollo económico a lo largo de tantos años, nuestros compatriotas que seguramente velaran por mantener en alto su principal fuente de sustento.
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